miércoles, 20 de enero de 2010

Peña Prieta Norte por Oscar Agosti


Lo ha conseguido, ha ascendido y descendido en esquís la cara norte de Peña Prieta.
La primera persona que realiza esa actividad en esta montaña tan carismática.
Oscar me comentó personalmente que tuvo convencimiento absoluto en todo momento de que podía hacerlo y lo hizo, ese es a mi entender el verdadero misterio de este tipo de actividades.
Muy importante destacar la colaboración del alpinista Javi Saenz que le apoyó en todo momento.
Así relata el protagonista una aventura irrepetible en su vida y nos transmite de esta manera:


CORREDOR CENTRAL. 14 Mayo 2009

Después de varios inviernos de inspección y de estudio de las posibilidades reales de descenderlo, por fin, ésta primavera concretamente el pasado 14 de mayo pude hacer realidad éste maravilloso proyecto y conseguí realizar el primer descenso integral de ésta línea mágica que dibuja el corredor central de la cara norte de peña Prieta (2.538 metros), la reina de la cordillera cantábrica.

Con una espectacular imagen visual desde varios puntos del valle de Liébana, éste corredor tiene 400 metros de desnivel, una orientación norte puro y una inclinación aproximada de 55º de media. Comienza a escasos 15 metros de la cumbre y acaba a unos treinta metros de la base de la pared. Una pena que se corte tan cerca del suelo y que te obligue a realizar un rapel para llegar a la base, pero por otro lado éste rapel le da todavía más categoría a la actividad.

Antes de centrarnos en lo que ha sido el propio descenso, quiero exponeros como fue el ascenso por la misma vía y el porque recurrí a mi amigo y a la vez gran alpinista Javi Sáenz.

Para mí Javi significa mucho, aparte de que con su enseñanza me hice escalador y alpinista, para mí Javi significa, seguridad, tranquilidad, confianza……, aspectos todos ellos básicos para poder realizar cualquier actividad de envergadura en la montaña, y éste descenso de esquí de dificultad lo era. Así que cumplido el primer requisito que era el llevar al lado tuyo al compañero deseado, es como empezamos el pasado 14 de mayo ésta actividad.

Alpinisticamente hablando la mayor dificultad de la escalada de éste corredores sitúa justo en el arranque de la vía. Los primeros treinta metros o lo que es lo mismo el primer largo de cuerda es donde se concentran las mayores dificultades de mixto, encontrando incluso tramos de duro hielo, que escalamos sin mayores contratiempos reseñables... Este tramo es el que luego en el descenso nos vimos obligados a rapelar.

Una vez que superamos éste muro de mixto ya entramos en el corredor propiamente dicho, que la verdad sea dicha es un bellísimo corredor, muy tieso y formando una línea recta de 400 metros de desnivel. El ascenso fue duro con fuertes rachas de viento que traía la nieve y el hielo con suma dureza y nos azotaba en el rostro. Íbamos ganando altura, a la vez que estudiábamos “in situ” las condiciones de la pared, cogiendo referencias para tenerlas memorizadas por si teníamos que recurrir a ellas durante el descenso.

Tanto Javi como yo, ya conocíamos éste corredor, pero habían pasado muchos años desde la última vez que lo habíamos hecho los dos, así que prácticamente eran sensaciones nuevas, además las anteriores veces que lo habíamos escalado, nuestra meta era el ascenso, no como en éste caso, en el cual nuestra preocupación iba a estar en como lo tendríamos para bajarlo con esquís, siendo auténticos pioneros en ello, y por lo tanto sin referencia alguna.

Sin mayor contratiempo nos plantamos en la cumbre a 2.538 metros de altura, y después de unos minutos de disfrute y de a la vez una tensión pronunciada, semejante a la que tuve tres años antes en la cumbre del Mont Blanc, con motivo del descenso en esquís de la cara norte, nos fuimos preparando y memorizando detalles del corredor a la vez que con una gran meticulosidad me calcé los esquís y ajuste bien las botas y las fijaciones, (bloqueadas a tope.

Preguntándome Javi que qué tal lo veía fue como comencé éste espectacular descenso de éste corredor. Lógicamente mi respuesta a la pregunta de Javi fue “que lo veía posible”.

La nieve que nos encontramos tenía doble punto de vista, porque ya que si para esquiarla no era para nada disfrutona, puesto que era en ésta parte alta de la pared nieve costra, por el otro lado, éste tipo de nieve me daba confianza en el caso de una posible caída, al ser una nieve lenta, tendría margen para poder parar y estabilizar la situación. Este corredor a la hora de examinarle, se podría dividir en tres sectores, la parte alta con una inclinación de unos 50º y una anchura aceptable para poder conducir los esquís con soltura, una parte media que sin duda es la mas técnica, ya que tiene unos 60º continuos y tramos tan estrechos que apenas entran los esquís cruzados, y por último la parte baja, en donde la pared vuelve a perder inclinación y tiene anchuras muy variables de un sitio a otro.

Javi iba destrepando el corredor a la vez mía, y en los sitios mas delicados estaba preparado para actuar si yo se lo pedía, es decir si necesitaba que me echase la cuerda para poder asegurarme si lo precisaba. No hizo falta y pude realizar todo el corredor sin quitarme los esquís y sin ayuda externa hasta que a unos treinta metros de la base el corredor se corta y ya es imposible “de momento” seguir esquiando, y así fue como ya con los esquís en la mochila hicimos una travesía a la derecha en busca de un lugar apropiado donde poder montar una reunión para realizar un rapel que nos dejase en el suelo.

Y así es amigos como acabó ésta excitante actividad que espero que sirva como apertura de la puerta para el esquí de dificultad para las nuevas generaciones.

Oscar Agosti.


Peña Prieta (2.536 m.) está muy ligada al alpinismo cántabro y concretamente al C. A. Tajahierro, ya que en el año 1964 una cordada compuesta por tres miembros de éste club, consiguió realizar la primera ascensión invernal a esta mítica cumbre cántabra por su cara norte.






lunes, 18 de enero de 2010

Somos montañeros





El esquí de montaña es uno de los deportes mas bonitos que conozco y tengo la suerte de practicar.

Es la mejor manera de desplazarse por las montañas utilizando esquís y otros materiales propios del montañero. Una disciplina capaz de fusionar montañismo, alpinismo y esquí alpino. Para ello es fundamental el conocimiento de las diferentes calidades de la nieve y muchas técnicas mas que se van aprendiendo con la experiencia.

En realidad, es el deporte que mas practico en los últimos años en invierno o, mejor dicho, 6 meses al año.

Esto es en teoría y a grandes rasgos el esquí de montaña. Pero ¿qué es el esquí de montaña de competición?

Como os podréis imaginar, son carreras que se desarrollan dentro de un recorrido en la montaña donde se van superando tramos de diferente desnivel ascendente y descendente hasta llegar a la meta. El tiempo en este caso es lo primordial, el primero que llegue al final es el ganador.

En este punto hay que distinguir entonces entre dos maneras de entender el esquí de montaña; la disciplina como montañismo y la disciplina como competición.

La primera es la clásica y no menos bonita forma de disfrutar de la naturaleza sin prisa ni cronómetro y la segunda la competición pura y dura.

Creo que hay gente que es montañera, es decir, le gusta disfrutar de la montaña y también es competidor de esquí de montaña. Pero creo también, que hay un sector de gente que no es montañera y sin embargo le gustan las carreras de montaña, la competición, la adrenalina de las carreras, del crono, de las triscas a pulsaciones muy elevadas, etc.

Personalmente, no me incluyo en este segundo grupo, que corresponde a tipos con actitud competitiva en el terreno deportivo y que se esfuerzan al límite en un carrera.

Por el contrario, tengo que reconocer que me gustan las carreras a otro nivel pero eso si, mi mas sincero reconocimiento al trabajo que hacen los corredores.

Hay personas con unas aptitudes innatas que unidas a un espíritu ganador llegan a límites increíbles en el mundo del deporte, el caso de Kilian Jornet.

Me incluyo mas en el primer grupo pero sin llegar al limite ni echar espuma por la boca, ni mucho menos llegar al límite de mis fuerzas por ganar un puesto más o menos, no tengo tanto espíritu competitivo. Aquí entra en juego la actitud de cada uno y mejor dicho, los objetivos que quiera obtener cada cual.

Me explico: Las utilizo para estar en forma, conocer gente, lugares, para aprender a manejar los instrumentos y materiales de montaña de manera rápida y precisa, para aplicarlo después a la montaña cuando estoy libre del crono. Es decir, mi verdadero objetivo es ser buen montañero – esquiador y flipar con las montañas, el viento, la nieve y la naturaleza, compartir una jornada en el monte con amigos, etc.

Para dedicarse a la competición de manera profesional o amateur se necesita lo primero tiempo para entrenar y lo segundo conocimientos de técnicas de entrenamiento, porque sino no hay progresión.

El entrenamiento para carreras, en cualquier disciplina deportiva ha de ser muy especifico y en el esquí de montaña no ha de ser menos.

Por tanto, mis experiencias en carreras de esquí de montaña hasta ahora han sido todas ellas positivas, pero no quiero llegar a un punto en que me resulten molestas.

Por eso no voy a cambiar mi forma de participar en carreras de esquí de montaña ni voy a sentirme presionado por nadie a la hora de competir en ese nivel que yo mismo pretendo. Me lo paso muy bien así y seguiré aprendiendo de los montañeros experimentados libres del crono y de los atletas - carreristas contra el crono.

Una vez mas, tengo que reconocer que me encanta este deporte y tengo la suerte de contar con amigos que me enseñan cada día algo más.

Quiero ser montañero – esquiador pero voy a las carreras a “ oler ”.

Animo al equipo de SANANDER-EIGER a seguir con su espíritu luchador y mucha suerte en el futuro. Esto no ha sido copiado y pegado es cosecha propia.

Nos vemos en la próxima carrera.